Durante el Festival de Judo Infantil CTJ, celebrado en Brasil, pude observar el comportamiento de más de 60 niños. Es muy interesante observar cómo un evento como éste, y cómo un arte como el Judo, a los ojos de algunas personas es sólo algo trivial, cuando en realidad tiene un peso muy fuerte en la vida de los niños.
Durante la competición ocurrieron varias cosas: algunos niños tuvieron vergüenza de luchar, otros perdieron y lloraron mucho, otros simplemente se divirtieron, perdiendo o ganando, en fin, varias situaciones importantes para los niños, porque estaban bajo la mirada de más de 100 adultos, incluyendo sus amigos y familiares.
Un evento como éste es fundamental para que los padres puedan aprovechar y enseñar a sus hijos varias lecciones valiosas, reforzando las que ya les enseñó el Sensei durante su aprendizaje. Y una de estas lecciones tiene que ver con el malvavisco.
El Judo, el malvavisco, y la educación infantil
En EE.UU. se llevó a cabo un estudio con niños de 4 años (al final de este artículo se puede ver un vídeo que muestra la reacción de los niños al malvavisco). En este estudio, se dejaba a los niños solos en una habitación y el profesor les dejaba un delicioso malvavisco y una orden: si, al volver, el malvavisco no se había comido, el niño recibiría otro. Si se come el malvavisco durante la ausencia del profesor, no tendrá otro.
Este estudio se repitió en Colombia y se obtuvo el mismo resultado: dos de cada tres niños se comieron el malvavisco. Se realizó un estudio complementario 15 años después, evaluando la vida de los niños del primer estudio. Todos los que no se comieron el malvavisco estaban bien, contentos, bién direccionados en la vida y altas calificaciones. Los que se comieron el malvavisco, en cambio, tenían en su mayoría bajas calificaciones, algunos abandonaron los estudios, eran infelices, etc.
Para el investigador, este estudio indica que “ese niño ya entendía, a los cuatro años, el principio más importante para el éxito. La capacidad de retrasar la gratificación. La autodisciplina, el factor más importante para el éxito. “
El judo trabaja, precisamente, esta característica con los niños. El Judo enseña a no comer el malvavisco. Los padres deben animar a sus hijos a no comer el malvavisco. En una competición, enseña que la derrota de hoy es un proceso de aprendizaje que te acerca a la victoria de mañana. Que la paciencia y la disciplina son factores de éxito. Lo que viene rápido se va rápido, y esto debe ser reforzado en la educación de los niños, en casa, en la escuela, en el dojo.
Y este tipo de aprendizaje, cuando se pone en práctica en eventos como las competiciones de judo infantil, permanece de por vida.
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