Cuando instituyó su escuela Kōdōkan (講道館), Jigoro Kano tenía en mente que el judo nunca debía considerarse un deporte, sino una herramienta de cambio para el mundo. Pensando en ello, instituyó en el Kōdōkan una ceremonia de fin de año capaz de simbolizarlo. Así, Jigoro Kano escribió, sobre esta ceremonia:
“El acto de contribuir en beneficio de la sociedad se ejemplifica en la Ceremonia de Año Nuevo, que introduje a los alumnos del Kōdōkan en 1884. Si no recuerdo mal, ésta era la ceremonia: primero preparamos especialmente para este día un poco de Toso (vino dulce de arroz). Y pondría un poco de Toso en un gran vaso de Sake. No me bebería el Toso, pero le pasaría la botella y el vaso a la persona que tuviera al lado. También puso un poco del vino dentro del vaso y, sin beber, se lo pasó a la persona que tenía al lado. Todos los presentes repitieron este ritual hasta que la botella de Toso y el vaso de Sake volvieron a mí. La segunda vez, no se añadió más Toso al vaso y nadie bebió del vaso, sólo pasamos el vaso de mano en mano. Cuando el vaso de Sake volvió a mis manos por tercera vez, bebí una pequeña cantidad de Toso del vaso, mucho menos que la cantidad que añadí la primera vez. Asimismo, cada persona hizo lo mismo, bebiendo menos de lo que había añadido al principio. Al final de la tercera ronda, aún quedaba Toso dentro del vaso. […]
La acción de poner Toso en el vaso de Sake es emblemática. El sake no se bebe, sino que se pasa a la siguiente persona, y así sucesivamente alrededor del grupo. Significa el acto de transmitir a otros algo de valor. Nadie bebe y todos añaden un poco antes de pasar la taza a la siguiente persona. […] En la tercera ronda, tomo un poco de Sake, pero menos del que añadí inicialmente a la taza. Y cada persona hace lo mismo, para que al final quede mucho en la taza. Este acto significa poner colectivamente algo en beneficio futuro de todos o, por extensión, en beneficio futuro de la sociedad. […]
Esta ceremonia debe representar el hecho de que los alumnos superan las dificultades de la vida desarrollando las virtudes de la perseverancia y la abnegación que uno siempre tiene para promover ganancias valiosas, especialmente cuando busca ayudar a los demás. Introduje este ritual para simbolizar mi propia forma de cultivar de este modo la mente y el espíritu de los jóvenes.” (Jigoro Kano)
¿Qué podemos aportar para el año que viene?
Esta ceremonia creada por Jigoro Kano nos ayuda a reflexionar sobre nuestros planes para el próximo año. Por supuesto, siempre debemos tener en cuenta nuestros proyectos personales y familiares: quiero mantener mi salud, quiero mejorar mis notas en la escuela o la universidad, quiero obtener mejores resultados en mi trabajo.
Pero también merece la pena considerar cómo podemos contribuir a nuestra sociedad, cómo podemos aportar colectivamente algo que sea beneficioso para otras personas y para las próximas generaciones. Por ejemplo, podemos pensar en contaminar menos el medio ambiente, enseñar y poner en práctica valores de respeto e igualdad para todos, independientemente de la raza, la nacionalidad, el sexo o la sexualidad, también podemos pensar en contribuir a organizaciones que ayudan a los más necesitados, etc.
Hay muchas opciones, y beneficiar a la sociedad es el principal objetivo del Judo. Todo el mundo puede ser judoka, en este sentido, incluso sin entrar nunca en un tatami o en un dojo. Porque ser judoka no es más que ser una persona que inspira a otras a beneficiar a la sociedad actual y a las próximas generaciones, a través de sus propias acciones.
Así que, ¿por qué no empezar el próximo año siendo un buen judoka, y poniendo en práctica el judo en todas nuestras prácticas diarias? ¿Cumplamos juntos esta promesa?
Videos – Judo y el beneficio de la sociedad
1. Judo por la paz – Turquía y Siria
2. Judo para el mundo – Sudafrica
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