Mokuso (黙想, Mokusō) es un término común en la vida de un practicante de Judo. Sin embargo, muchas veces su significado no está claro, o las veces que algunos pueden pensar que hay connotación religiosa en esta práctica. Pero el Mokuso es algo mucho más sencillo, y fundamental no sólo para la práctica del arte marcial como en la vida cotidiana moderna.
Mokuso significa una contemplación silenciosa, una meditación. No es una meditación religiosa, sino en el sentido de buscar tranquilizar la mente, despejarla de pensamientos excesivos, en busca de la concentración. En el mundo moderno, no nos damos tiempo para acallar nuestros pensamientos. Siempre estamos conectando nuestras mentes a las redes sociales, a los tiktoks, a los vídeos de youtube y a los carretes en Instagram, que rara vez tenemos tiempo para nosotros mismos. Para nuestros pensamientos, para aquietar nuestras mentes. Por eso la importancia del Mokuso.
Normalmente, el mokuso se realiza al principio y al final del entrenamiento. Al principio, para preparar al practicante a entrar en un entrenamiento fuerte, pero con concentración y dedicación. Y al final, poder absorber lo máximo posible de lo practicado, pensar en las posibilidades de mejora, pensar que siempre es posible intentar superar nuestros límites un poco más, creciendo en un entrenamiento tras otro. Pensar que siempre es bueno estar presente en el entrenamiento, aunque estemos cansados o estresados, porque en el entrenamiento todo eso queda atrás. Si el profesor no realiza el Mokuso al principio de la clase, podemos hacerlo nosotros mismos. Antes de entrar en el dojo podemos en un minuto sentados, cerrar los ojos, o incluso con los ojos abiertos, pero en silencio, prepararnos para la clase. Dejar fuera del tatami las preocupaciones del trabajo, el estrés del día, y concentrarnos en aprender y superar nuestros límites.
Según algunos, el mokuso es una preparación para el Bushido, el Camino del Guerrero. En el arte marcial, en el combate real, en las competiciones deportivas, no hay tiempo para pensar. Si en el momento del combate piensas: “si mi oponente entra con un Tai-Otoshi, entraré con un Tani-Otoshi“, cuando menos lo esperes, entrará con el Tai-Otoshi y no podrás hacer el contraataque. Esto se debe a que cuando el oponente entra con el golpe, si piensas, primero tendrás que identificar qué golpe está aplicando, para recordar qué contraataque conoces para este golpe, y cuando vayas a dar la respuesta…. ya estás en el suelo. No hay tiempo para pensar, en una pelea real.
El vídeo que aparece a continuación, con extractos de la película “El último samurái“, muestra bien el concepto de mente-sin-mente, que también se conoce con el nombre de “Mushin” (無心), que es una abreviatura de “Mushin no Shin” (無心の心), que significa literalmente mente-sin-mente. Es el estado de concentración que adquieren los deportistas de alto nivel, de modo que la lucha se convierte en una respuesta instintiva basada en años y años de duro entrenamiento. Cuando este estado se rompe, el deportista tiende a la derrota o a los actos anormales.
Por lo tanto, la práctica del Mokuso no es sólo para los atletas. Esta contemplación silenciosa, la práctica de observar en silencio, de aquietar la mente y simplemente observar, aprender, sentir, debe hacerse en cada momento de la vida cotidiana. Algunas personas trabajan 8, 10, 12 horas al día sin parar. Pero cualquier máquina, incluso la humana, necesita descansos, de lo contrario puede quemarse. No es de extrañar que las mejores ideas, las mejores percepciones se produzcan cuando estamos… relajados, con la mente sin ninguna racionalización. Eso es Mokuso.
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