El Gran Slam de Judo de Tokio fue como esperábamos: Con dos atletas japoneses por categoría, vimos un gran espectáculo del estilo japonés de judo en acción. Y, por supuesto, muchas medallas para Japón: hubo simplemente 12 medallas de oro y 12 de plata.
En general, se espera una lluvia de medallas de este tipo para los países anfitriones de un acontecimiento como éste, pero sin duda Japón consigue llevarla a un nivel récord de medallas.
Una de las cosas más interesantes del actual estilo japonés de judo es que, al menos entre las mujeres, una gran mayoría de los combates se definen en el Newaza, es decir, en la aplicación de técnicas en el suelo. Un gran ejemplo de ello es la brillante Shori Hamada, atleta de la categoría de -78 kg.
Shori Hamada fue campeona olímpica en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, pero en los Campeonatos Mundiales de Judo de Tashkent sólo quedó en quinto lugar. En este Grand Slam, Hamada estaba motivada para ir a por el oro en casa. Pero… en medio del camino, había otra japonesa, Rika Takayama.
Una de las especialidades de Hamada es el Ude-Garami, una técnica de luxación que se dio a conocer en el mundo del grappling gracias a Masahiko Kimura, un judoka japonés que en los años 1950’s utilizó esta técnica para someter al brasileño Helio Gracie. Con su Ude-Garami, Hamada consiguió ganar ya su primer combate en este torneo. Y en la final, en su disputa con Takayama, consiguió aplicar con excelencia su especialidad, o como decimos en japonés, su Tokui-Waza, pero Takayama consiguió defenderla también con maestría y mucho valor. Y a veces el hechizo se vuelve contra el hechicero…
Vea abajo los mejores momentos de la final entre Shori Hamada y Rika Takayama en el Grand Slam de Judo en Tokio:
Deja un comentario