Muchos de entre ustedes habrán oído la expresión: “El judo comienza con un saludo y termina con un saludo”. Esto se debe a que, siempre al principio de una clase, hacemos el saludo inicial (en japonés, el saludo se llama “Rei” – “礼”), y al final de la clase hacemos también el saludo final. Antes de que empiece un combate, saludamos a nuestro compañero o adversario, y también cuando termina el combate.
Pero, ¿qué significa este saludo? ¿Es una mera formalidad o hay algo más importante detrás del “Rei” (礼)?
Reigi – La etiqueta y el espíritu del judo
Cuando saludamos en Judo, nos referimos al sistema de etiqueta – Reigi (礼儀) – del Judo. Sobre este sistema de etiqueta, Jigoro Kano escribió una vez lo siguiente:
“El reigi es un sistema formal de etiqueta que representa externamente los pensamientos sinceros y el respeto hacia los demás. Estos sistemas existen en todas las sociedades y proporcionan las convenciones de interacción para que las relaciones se desarrollen sin problemas. Así se mantiene el orden social y la sociedad puede funcionar pacífica y amigablemente.
Teniendo en cuenta esta función, ¿cómo debemos enfocar Reigi? La intención principal del Reigi es transmitir físicamente sentimientos como el respeto, el amor, la amistad, etcétera.” (Jigoro Kano)
Como dijo Kano, la función principal de este saludo es expresar, físicamente, nuestro sentimiento al prójimo. Un sentimiento de respeto, de gratitud, de amistad. Cuando realizamos el saludo al inicio de las clases, debemos pensar en este sentimiento. La oportunidad que estamos teniendo de estar en un entorno agradable de desarrollo personal, físico y mental. Cuando saludamos antes de un combate, debemos pensar en ese sentimiento hacia nuestro compañero, alguien que está dispuesto a ayudarnos a ser mejores personas, a superar nuestros límites, a hacernos superar nuestros retos.
Cuando hacemos el saludo por el mero hecho de hacerlo, como dice Jigoro Kano, este acto “se convierte simplemente en una formalidad vacía en lugar de una auténtica cortesía”, y, justamente por eso, “el valor de tales formalidades insinceras es insignificante.” (Jigoro Kano)
No queremos ser personas que actúan sin valor. El valor de una persona se expresa claramente en su forma de actuar. Aunque pueda fingir públicamente que siempre realizo el saludo formalmente, si se trata de un acto de formalidad vacía, lo que hago no tiene ningún valor. Por eso es importante expresar siempre nuestros sentimientos con un saludo sincero, tanto al principio como al final de la clase y a nuestros compañeros.
La “postura” y el “comportamiento” también están estrechamente relacionados con el concepto de Reigi, como recuerda Jigoro Kano. Por lo tanto, Kano nos recuerda que:
“La relación entre mente y cuerpo es inseparable. El cuerpo afecta a la mente, y el cuerpo también está sujeto a las influencias de la mente. Es como una sombra que sigue los movimientos del objeto que la proyecta. Así, si el espíritu es modesto, pacífico y correcto, esto se manifestará en el porte físico con una postura que demuestre cierta presencia de tranquila solemnidad. Si el cuerpo es descuidado e irregular, la mente seguirá naturalmente al descuido y la autoindulgencia.” (Jigoro Kano)
En otras palabras, la forma en que hacemos una cosa es la forma en que las hacemos todas. Si aprendemos a expresarnos y a comportarnos con sinceridad, no sólo en el momento del saludo dentro del dojo, sino en todos los contextos sociales, estaremos expresando no sólo nuestro sistema de valores y nuestra dignidad, sino también nuestro respeto por nuestra sociedad.
No porque haya una persona recogiendo la basura del suelo debo tirar la basura al suelo para que tenga más trabajo. No porque le vaya a pagar a una persona que trabaja en Oxxo tengo que tirar el dinero desordenadamente para que lo recoja, porque “es su obligación”. Estas formas de actuar sólo demuestran quién soy, la falta de respeto que tengo por la sociedad y mi valor real. Además, estamos sujetos a otras consecuencias, como escribe Kano: “La postura y el comportamiento se convierten pronto en hábitos, y quien incorpore la excelencia en ambos gozará de felicidad. Por el contrario, quien desarrolle malos hábitos tendrá que soportar la miseria.” (Jigoro Kano) Cuando durante los partidos del Mundial, los aficionados japoneses limpiaban los estadios después de un partido, lo que demostraban no era que fueran personas limpias, sino que respetaban a quienes comparten el espacio con ellos, al personal de limpieza que tendrá que limpiar el estadio después, etc.
De este modo, debemos recordar que el espíritu y la etiqueta del saludo deben estar presentes no sólo dentro del Dojo, sino en todos los momentos de la vida: si volvemos a encontrarnos con alguien, le damos la mano o le abrazamos como expresión de nuestros sentimientos hacia él. Si se trata de un empleado de una tienda, un subordinado en el trabajo o tu jefe, de la misma manera saludamos y actuamos expresando nuestro respeto y nuestro sentimiento de cortesía hacia ellos y hacia la sociedad. Y con nuestros compañeros de entrenamiento, siempre intentamos dar las gracias antes de la lucha, el Randori, por la oportunidad y el cuidado que vamos a tener los unos con los otros, así como las gracias al final del randori por el aprendizaje, cortesia y el respeto.
Así, debemos buscar, a través del Reigi, desarrollar un hábito de virtud y excelencia, y sin ninguna duda, las mejores consecuencias vendrán a causa de este hábito.
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